31 de marzo de 2012

PERIODISTAS TRABAJANDO

(31/03/12) Un grupo de periodistas, entre los que me encuentro, decidió reclamarle al Jefe de Gabinete Juan Abal Medina que el gobierno brinde conferencias de prensa verdaderas. Algo que no es ni más ni menos que los funcionarios, Crisitina Fernández de Kirchner incluida respondan preguntan y puedan repreguntar. Nada del otro mundo en cualquier país democrático y civilizado, pero algo que en la Argentina de estos tiempos tiempos parece imposible. A este reclamo, que puede leerse más abajo, Abal Medina respondió que algunos "endiosan determinado tipo de metodología simplemente para molestar". No, no se trata de molestar aquello que mueve a un periodista a hacer preguntas que muchas veces resultar incómodas; pero sí de cuestionar que no es ni más ni menos de la misión del periodismo en cualquier parte del mundo. Eso es todo.
La única metodología que le importa al gobierno es la inidireccionalidad de su mensaje. Los funcionarios apoyados en un atril hablando solos, acusando, denunciando y denostando. Que nada ni nadie los interrumpa. Nada más autoritario. Nada más alejado de lo que es una conferencia de prensa.
El Jefe de Gabinete se equivoca, nadie quiere molestarlo, sólo preguntar. No es mucho. La actitud del gobierno lo que demuestra es debilidad, que disfraza descalificando y ensayando construcciones retóricas que no explican nada porque están vacías de contenido. En el fondo no quieren preguntas porque no las pueden responder y muchas de ellas pondrían a más de un funcionario en una situación muy incómoda. Es difícil imaginar al vicepresidente Amado Boudou respondiendo preguntas objetivas sobre Ciccone, fuera de la seguridad que le garantiza el dispositivo mediático paraoficial. ¿Podría la Presidenta misma someterse a un mano a mano con el periodismo para hablar del crecimiento de la fortuna familiar? ¿Podría responder preguntas Julio De Vido sobre los subsidios y el crecimiento de los grupos empresarios beneficiados? Ninguno saldría muy bien parado.
El gobierno ha hecho un culto de su desprecio por el periodismo independiente, cree que se trata de una de las corporaciones a la que debe derrotar pero se equivoca. En el fondo, el gobierno está dándole la espalda al pueblo que dice defender para mostrarse como una casta cada vez más aislada.
Nadie quiere molestar al gobierno, los periodistas sólo queremos hacer nuestro trabajo que entre otras cosas, se trata de de hacer preguntas.




Señor Jefe de Gabinete de Ministros Juan Manuel Abal Medina:

Nos dirigimos a Ud. porque hace unos días le hemos escuchado afirmar: “A los comentaristas que dicen que no damos conferencias de prensa o que hablamos poco les digo que no se preocupen. Si hablamos poco es porque estamos trabajando, porque la política es eso: trabajar…” .

Frente a sus declaraciones es forzoso recordarle que, por ejemplo, desde el 1º de marzo, la Presidente de la Nación se dirigió a la ciudadanía en no menos de nueve oportunidades, incluídas las tres horas y media que empleó para dar inicio al período de sesiones parlamentarias. Nada nos hace pensar que, por eso, la Presidente no trabaja. Suponemos que lo hace. Y mucho. Sin embargo, en ninguna de esas ocasiones que, es cierto, pertenecen a un nuevo género al que no podemos llamar “conferencia de prensa”, se admitieron preguntas. Es la Presidente quien se dirige a la concurrencia. Las comunicaciones de la Jefa de Estado y, en líneas generales, las de la inmensa mayoría de sus funcionarios, son de vía única. Ignoramos, por lo tanto, si la Presidente y sus funcionarios escuchan.

Paralelamente, la lista de hechos de hostigamiento hacia la prensa es enorme. Solo basta recordar los “juicios éticos y populares” que Hebe de Bonafini -con presencia de funcionarios públicos como Néstor Busso- realizó en 2010 y 2012 contra varios colegas; la desgraciada reacción del Ministro del Interior Florencio Randazzo tras decir que los diarios La Nación y Clarín atentaban “contra la democracia y la calidad institucional”; las amenazas del empresario de medios ligado al Gobierno Sergio Szpolski, defensor acérrimo de la actual administración en su multimedios, contra otro colega por publicar un diálogo público; y la acusación directa de “nazis” a otros dos periodstas por parte, ni más ni menos, de la Presidenta de la Nación. A todos estos hechos se les suma el uso del dinero y los medios públicos para sostener esta política de acoso que, como es evidente, excede los hechos puntuales para volverse sistema.

Los abajo firmantes, periodistas de distintos medios, edades, orígenes sociales, políticos y culturales tenemos una obligación común: preguntar. Se nos ha enseñado en las escuelas, en las redacciones, en los textos que teorizan sobre los alcances de nuestra profesión que el compromiso del periodista es con la verdad y la verdad son los hechos; que la misión del periodista es indagar, cuestionar e informar a la opinión pública, frente a la que tanto ustedes, funcionarios, como nosotros, gente de prensa, somos responsables. La prensa es un instrumento de la República y un reaseguro para el control ciudadano de los actos del gobierno. Es así que los hombres de Estado están obligados a rendir cuentas y nosotros incurriríamos en mala praxis si no pidiéramos esa rendición. En razón de esa tensión saludable y democrática, por cierto, es que más allá de las falacias con que Ud. acaba de contestar las demandas de diálogo, seguiremos insistiendo en preguntar, ejerciendo nuestro derecho y exigiendo el cumplimiento de esa obligación.

No es sencillo ser un funcionario político. Está claro. Tampoco ser periodista es siempre fácil. No es agradable responder a preguntas incómodas. Lo imaginamos. Tampoco lo es formularlas, pero se trata, desde nuestro punto de vista, de un acto necesario. Hacemos votos porque en algún momento, mejor temprano que tarde y sin que eso los distraiga de sus tareas, la Presidente, Usted y sus colegas del gobierno acepten ese intercambio como lo que, en esencia, es: una carga pública.

Mientras tanto, frente a la imposibilidad de hacerlo en los escenarios habituales y, reiteramos,para no abdicar de nuestro derecho a recabar información, quienes suscribimos este texto le informamos que, de aquí en adelante, haya o no contestación, formularemos las preguntas que consideremos de interés a través de los medios que estén a nuestro alcance. Las que siguen son sólo algunas de ellas:

-¿Por qué razón los funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no se vinculan con la prensa más allá de un grupo de periodistas amigos?

-Todos somos esclavos de la ley. Eso diferencia a los sistemas donde impera la justicia de aquellos que se apartan de la legalidad y de las conductas democráticas ¿Por qué el Gobierno desconoce los fallos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la publicidad oficial?

-¿Por qué se dejaron de brindar detalles de la distribución de la publicidad oficial, pese a que varias ONGs presentaron pedidos de acceso a la información pública, basándose en el Decreto 1172/03, que dictó Néstor Kirchner?

-Frente a las incontables declaraciones de enemistad y desagrado respecto de nuestra tarea, ¿qué rol cree su gobierno que debemos desempeñar los periodistas? ¿Por qué es letra muerta la Ley de Acceso a la Información?


Sin más, por ahora, lo saludan atte.

Alejandro Alfie, Claudio Aliscioni, Norberto Angeletti, Carlos Ares, Alberto Armendáriz, Ricardo Alberto Arrúa, Marina Artusa, Ricardo Alberto Arrúa, Jorge Aulicino, María Laura Avignolo, Mariano Alonso Balmendia, Mónica Baumgratz, Ana Barón, Osvaldo Bazán, Gustavo Bazzan, Juan Bedoian, Alejandro Bianchi, Martín Bidegaray, Marcelo Bonelli, Julio Blanck, Javier Blanco, Guido Braslavsky, Carlos Burgueño, Marcelo Cantelmi, Marcelo Cantón, José Alberto Capdevila, Nelson Castro, José Crettaz, Walter Curia, Sergio Danishewsky, Martín Di Natale, Luis Domenianni, Federico Domenianni, Georgina Elustondo, Daniel Fernández Canedo, Jorge Fernández Díaz, Marco Fernández Leyes, Silvia Fesquet, Carlos Gabetta, Pablo Gaggero, Alejandra Gallo, Héctor Gambini, Andrés Gauffin, Walter Giannoni, Florencia Grieco, Carlos Guyot, Leonardo Hancevich, Silvina Heguy, Daniel Juri, Ricardo Kirschbaum, Jorge Lanata, Juan Agustín Landaburu, Facundo Landivar, Román Lejtman, Alfredo Leuco, Gabriel Levinas, Daniel Leyba, Josefina Licitra, Rodrigo Lloret, Matías Longoni, Paula Lugones, Luis Majul, Silvina Márquez, Silvia Mercado, Federico Monjeau, Joaquín Morales Solá, Marcelo Moreno, Pablo Morosi, Daniel Muchnik, Oscar Muiño, Alberto Muney, Silvia Naishtat, Pedro Navarro, Gustavo Noriega, Mariano Obarrio, Alcadio Oña, Eugenio Paillet, Carlos Pagni, Marcelo Panozzo, Osvaldo Pepe, Silvia Pisani, Martín Pitton, María Elena Polack, Javier Porta Fouz, Rodolfo Pousá, Quintín, Ceferino Reato, Ricardo Roa, Paula Rodríguez, Analía Roffo, Gastón Roitberg, Diego Rojas, Jorge Rosales, Magdalena Ruiz Guiñazú, Carlos Sacchetto, Matilde Sánchez, Gonzalo Sánchez, Adrián Sánchez Berger, Daniel Santoro, Beatriz Sarlo, Claudio Savoia, Laura Serra, Sergio Serrichio, Gustavo Sierra, Eduardo Tagliaferro, Eliana Toro, Jorge Urien Berri, Dolores Valle, Eduardo Van der Kooy, Daniel Vecchiarelli, Susana Viau, Sylvina Walger, Miguel Wiñazki, Nicolás Wiñazki, Gerardo Young, Juan Carlos Zapiola,
(Adhesiones y comentarios en conferenciadeprensa9@gmail.com)

Fuente: Conferencia de prensa

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