Cristina Fernández de Kirchner encaró el atril y seguro pensó que, al igual que en tantas ocasiones lo había hecho su marido, un discurso fuerte y sin concesiones bastaría para disciplinar a los díscolos. Esta vez los hombres del campo habían sacado los pies del plato que terminaban el décimo tercer día de paro y habían anunciado que la medida era por tiempo indeterminado.
Sin embargo, el resultado seguro que no fue el deseado. A las pocas horas estallaron los cacerolazos en la Ciudad de Buenos Aires y en el interior del país. La gente se congregó en las principales ciudades del país y comenzaron a marchar a la porteña Plaza de Mayo. Incluso, muchos fueron hasta las puertas de la Quinta de Olivos. Por estas horas la Presidenta y sus principales asesores se deben preguntar: ¿Qué salió mal? Todo. No cabe duda que fue el error político más grave de la Presidente desde que asumió, es evidente que en la Casa de Gobierno leyeron mal la realidad. Ya no se trata de la protesta del campo, las manifestaciones de ayer hablar del fin de la lógica kirchnerista que sostiene que todo puede resolverse a golpe de atril. Fue echarle nafta al fuego y por la noche Luis D’Elía se encargó de agravar más la situación provocando a la gente que manifestaba pacíficamente en la emblemática Plaza. A diferencia de los que muchos dirigentes pueden pensar, D’Elía debilitó más al gobierno de lo que lo había hecho la misma Cristina a la tarde. Ayer colapsó una manera de comunicar y de gobernar, mucha gente se cansó de los retos desde el atril y los próximos serán decisivos para determinar si las reacciones populares de anoche sólo tienen que ver con el conflicto rural o si es más abarcativo. Sería muy difícil probar si D’Elía fue a la Plaza como fuerza de choque del gobierno, pero lo que ningún funcionario podrá negar es que no lo frenaron.
El kirchnerismo, desde siempre, entendió que la única forma de negociación es la lógica de la rendición incondicional del adversario y solo una vez que está quebrado dialogar. Algo que se enmarca en la concepción de los hechos consumados y recién entonces convocar al “diálogo”. Esa, es al parecer la forma de gobernar que cambió anoche.
Uno de los principales errores del discurso de la Presidenta fue la evidencia de una falta de correcta lectura del problema. Ella habló de una lucha de clases en que la avaricia de unos pocos quieren adueñarse de aquello que les corresponde a todos. Es decir, los ricos que quieren seguir explotando a los pobres como ocurría con los grandes terratenientes cuando se decía que la Argentina era “el granero del mundo”. Pero desde hace décadas la situación cambió y los que cortan las rutas nada tienen que ver con la percepción que tiene la doctora Kirchner y que plasmó en su discurso de ayer. Las imágenes de televisión, transmitiendo día y noche la crisis agropecuaria, se encargaron de poner de manifiesto su error de cálculo. Incluso varios de los chacareros que están en las distintas rutas del país están bastante peor vestidos que varios de los piqueteros que anoche se arrogaron la propiedad de la Plaza de Mayo.
Ayer, Cristina Fernández de Kirchner perdió la oportunidad de recibirse de estadista poniendo en práctica un discurso conciliador, que de ningún modo debe implicar un síntoma de debilidad o que signifique acceder a las exigencias del campo. En cambio, optó por resolver el conflicto a golpe de atril, y como se han encargado de señalar no pocos dirigentes la consecuencia fue intentar apagar un incendio tirando nafta. Así, las palabras de la Presidenta recorrieron el país como una verdadera mecha sembrando piquetes, cacerolazos y concentraciones por doquier. Un efecto que los funcionarios más importantes del gobierno no calcularon. No es aventurado pensar que el Estilo K de gobernar y comunicar, que tan buenos resultados le dio a Néstor Kirchner, se está agotando y que el gobierno debería empezar a ensayar otra manera de vincularse con la sociedad.
El papel del ministro de economía demuestra que no tiene la cintura política que requiere su cargo. “Los que protestan no ven que el modelo de cambio les permitirá ganar más por cada tonelada”, dijo Martín Lousteau. ¿La gente de campo será tan obtusa que protesta por una medida que los beneficia? Hace catorce días que los tipos empezaron un paro, levantaron decenas de piquetes, se movilizan cada vez con más firmeza; pero no se dieron cuenta que en realidad con el nuevo esquema de retenciones van a ganar más. Si serán desagradecidos. Claro, es difícil tomarse en serio a alguien que hace tres años escribió, junto a Javier González Fraga, el libro “Sin Atajos”, donde Martín (que es Lousteau) afirmó: “Reducir gradualmente las alícuotas del IVA al 18%, débitos y créditos bancarios (hasta su eliminación) y retenciones a las exportaciones (8% para los productos primarios y 0% para las manufacturas)”. Pero cuando se convirtió en ministro K no sólo no abogó por reducir las retenciones, sino que las aumentó. Si esta es la generación de nuevos políticos, prefiero a la vieja. Por eso, suena cómico cuando desde el gobierno se le pide a los ruralistas honestidad intelectual.
El ministro Aníbal Fernández ayer hizo de la Plaza de Mayo una zona liberada, jugando con la seguridad de las personas que legítimamente estaban manifestando en ese lugar. Las cadenas de noticias reflejaron que, en uno de los momentos de mayor tensión entre los manifestantes y los huestes de Luis D’Elía, los periodistas y los fotógrafos separaban a ambos bandos. La policía no estaba. Fernández, que diariamente no duda en opinar sobre todo, tendría que dar explicaciones.
Las próximas horas son cruciales para el gobierno, que deberá estudiar de qué manera sale del laberinto en el que se encerró.
6 comentarios:
SIIIIIIII, se agoto el estilo K, creo que de aca en mas se van a cansar de perder, elecciones municipales, provinciales y legislativas. Hasta el dia que se tengan que ir, solo que hasta ese dia faltan largos tres años.
Martín, el modelo “K” se agotó por inviabilidad intrínseca.
Excelente editorial.
Saludos!
C. W. Karl
Martin hay que ser muy democratico, generoso y optimista para pensar que esta mujer, pueda gobernar por otros tres años.
Nuevamente las fuerzas de choque de D'Elia y Moyano, reemplazan a la Policia Federal y a Gendarmeria.
Como muestra en mi pequeño mundo de el barrio de Villa Lugano y Matederos, entre ayer a las 20:00 pm y hoy, todos los que cruce dicen lo mismo,NO LLEGA, hablo de : panadero, kiosquero, canillita, jubilados, cajero de supermercado, padres de diversas actividades en la puerta del colegio, todos opinaron hoy lo mismo ,NO LLEGA.
Sr, muy clara su exposición, hasta tuve que crear un vínculo con un parrafo suyo!!
Un gusto, saludos
Son nuestros empleados, nosotros tenemos el poder. Si se equivocan en ejercer las tareas que les fueron encomendadas entónces deberán irse... o al menos escuchar lo que nosotros=el pueblo=sus jefes les reclamamos.
No van a haber gestos de grandeza porque no la conocen, pero que recapaciten cuanto ántes porque va a ser peor, y no para nosotros sino para ellos.
Juan Martin Pitton, sos mi idolo,es exelente tu ultimo comentario.
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