16 de octubre de 2008

COCO, BIEN ARGENTINO


La Argentina perdió contra Chile 1 a 0. Marcelo Bielsa cortó una racha de 35 años en que la “Tri” no le ganaba a la “Albiceleste”, que ayer por una cuestión de cábala del Coco Basile estaba vestida de celeste. No sé nada de fútbol así que pueden seguir leyendo porque esta nota no tiene que ver con hacer un análisis deportivo del partido, pero luego de verlo mientras hacía Contrapunto, escuchaba los comentarios de mi amigo Omar Basallo y más tarde puede conocer las opiniones de varios de sus colegas, creo que se pueden sacar algunas conclusiones interesantes.


El espectáculo de ayer no fue sólo un partido en que la derrota fue merecida y por “esas cosas que tiene el fútbol” como dicen los que saben, no terminó con una mayor diferencia a favor de los chilenos. Fue, también, el reflejo de dos países: uno que atrasa y que sigue viviendo de glorias pasadas, y otro que lucha por hacerse un lugar en el mundo del deporte más popular del mundo. Es más, y para alcanzar ese logro no tuvieron pruritos en contratar a un técnico argentino, que prácticamente se fue echado de la selección argentina.


El Coco es caricaturizado como el arquetipo del porteño por cuanto imitador trasunta micrófonos y cámaras de televisión: voz gruesa por exceso de faso, mucha noche, whisky y poco trabajo. Bielsa es el loco, el obsesivo, el tipo que se va a ver todos los partidos que se juegan en Chile, que investiga y que planteó un juego ofensivo y muy claro.


No fue sólo un partido fue el choque de dos mentalidades de dos países. Uno que históricamente se cree que está condenado al éxito, y que si éste no llega es porque la culpa es de los otros que conspiran. El otro, viene sacrificándose hace años, con perfil bajo, casi en silencio, metódicamente, aprendiendo del pasado y no vanagloriándose de él por el sólo hecho que se trata del pasado. Argentina y Chile, dos países con dos mentalidades muy diferentes.


Un comentarista deportivo al término del partido, señalaba que la selección es un conjunto de excelentes individualidades pero que no funciona como equipo. Por separado son muy buenos, pero parece que no pueden fusionarse en un conjunto armónico que sea verdaderamente efectivo. ¿Acaso es muy distinto a lo que sucede en el país? ¿Quién no escuchó que los argentinos triunfamos en el exterior, pero que no podemos hacer un país más o menos lógico?


Antes de irse, Lionel Messi dijo que la Argentina no sabía a qué jugaba, que estuvo perdida y admitió que Chile “nos ganó corriendo”. Bien, no es muy distinto a lo que pasa en el resto del país con el gobierno, que su principal tema de agenda son las elecciones del año que viene, mientras que el resto del mundo se pregunta cómo seguirá luego de la crisis financiera que empieza a mutar en una brutal recesión planetaria.


En la conferencia de prensa, Basile declaró que tuvo que jugar distinto porque no pudo contar con Riquelme. Una vez más la figura del Mesías, tan cara para todos nosotros; ídolos que nunca arreglan nada y cada vez nos hunden más. No critico la actuación de Riquelme, no es esa la intención, la crítica apunta a la típica mentalidad argentina que uno puede salvar al resto, en detrimento de la que impera en el mundo civilizado donde el conjunto salva al conjunto. De todos modos, teniendo en cuenta los resultados de la Selección Argentina, tampoco parece que Riquelme sea garantía de éxito; a menos que el exiguo 1 a 0 frente a Uruguay sea sinónimo de ello.


La historia Argentina, desde Juan Perón hasta acá, está llena de Mesías pero ninguno no hizo conocer el éxito que se supone que es parte de nuestra carga genética. La Presidenta se solaza hablando de nuestro aislamiento, que si bien es cierto que nos ubica mejor parados frente a la crisis financiera, no puede negarse que es un pensamiento bastante arcaico. Dos días atrás, Aldo Ferrer, uno de los economistas más escuchados por el matrimonio presidencial, explicaba que el impacto de la crisis iba a ser marginal para la Argentina porque “vivimos con lo nuestro”. Esa afirmación no es cierta, porque los argentinos no nos alimentamos a soja pero sí hemos sacado bastante ventaja de los dólares que entran a cambio de los granos argentinos. Ni siquiera la Unión Soviética vivió aislada del mundo y en Cuba hay varios hoteles de la cadena española Meliá. Ya nadie vive exclusivamente con lo suyo, y es una falacia que la Argentina lo hace. Hace mucho tiempo que el mundo se dio cuenta que la mayor ventaja era interactuar comerciando intercambiando bienes y servicios, vendiendo lo que se produce y adquiriendo lo que no se fabrica en el país. Sin embargo, en la Argentina hay gente que todavía piensa que es mejor aislarnos en vez de buscar oportunidades en las crisis y no sólo es Aldo Ferrer. Muchos empresarios de la UIA, que todos los veranos sientan sus reales en Punta del Este, también creen que hay que cerrar las fronteras aunque en el caso de ellos se trata para no competir e invertir lo menos posible. Para ellos todo se arregla con un dólar alto para que exportar por cuatro o cinco y pagar (salarios y servicios) por uno.


El presidente de Fiat, Cristiano Ratazzi, dijo que en el mundo no mira exclusivamente el dólar para producir y ser competitivo, señalo que hay otras variables como la productividad que no hay que descuidar. Claro, pero la mayoría no piensa como Ratazzi. Más bien todo lo contrario, dólar alto y Riquelme en la cancha. La solución mesiánica de siempre. Ahora, sacrificio, planificación y garra nunca son valores presentes en el poder, ni por lo visto tampoco en el fútbol. Si todo lo pudiera resolver un dólar alto, hay que ponerlo a $ 5, a $ 10 o a $ 20. ¿A nadie se le ocurrió?


En tiempos que Roberto Lavagna era ministro de economía, lanzó la iniciativa de formar un fondo anticíclico para cuando llegara el tiempo de las vacas flacas. En la misma época, Chile hizo lo mismo y hoy cuenta con U$S 30.000 millones. En cambio, la Argentina, a poco tiempo de empezar lo dejó de lado, el gobierno gastó los fondos y las vacas flacas vienen marchando.


Es evidente que los países no sólo tienen los gobiernos que se merecen, también las selecciones.


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2 comentarios:

Estimado Martin. Si bien comparto mucho de lo que decís en cuanto a lo político, no estoy de acuerdo con tu analogía futbolística. Es cierto que la selección no jugo a nada y que el coco dicen que es un fiestero, pero si hay algo que el argentino suele exigir a su selección es que juegue bien al fútbol y "poniendo huevos" (esforzándose). Si quizá es cierto que muchas veces hacemos depender al equipo de un solo jugador (como Riquelme).
Por otro lado, podríamos preguntarnos qué es lo que pasa que el técnico que quiere la mayoría de los argentinos no está ahí (si, todos sabemos de quién hablo). Y justamente hablo de un técnico que piensa en el equipo como algo conjunto, planificando y valorando el esfuerzo y la actitud.
Carlos Bianchi señores!
Adios!

Hola Martín, realmente disiento con casi todo lo que has puesto.
En general, creo que para forzar el paralelismo has incurrido en varias falacias o argumentos de dudosa corrección.
En particular:
Dices:

"Fue, también, el reflejo de dos países: uno que atrasa y que sigue viviendo de glorias pasadas, y otro que lucha por hacerse un lugar en el mundo del deporte más popular del mundo."

Esto es gratuito. Los partidos se ganan, se pierden y se empatan, y no es cierto que esta alternancia de periodicidad mensual pueda decir algo sobre los países, que son unos sistemas mucho mas estables. Cuando Argentina le ganó a Chile en el partido de ida, no habríamos supuesto que el resultado era un reflejo de los dos países que se encontraban entonces casi como ahora.
Lo mismo aquí:

"No fue sólo un partido fue el choque de dos mentalidades de dos países. Uno que históricamente se cree que está condenado al éxito, y que si éste no llega es porque la culpa es de los otros que conspiran. El otro, viene sacrificándose hace años, con perfil bajo, casi en silencio, metódicamente, aprendiendo del pasado y no vanagloriándose de él por el sólo hecho que se trata del pasado. Argentina y Chile, dos países con dos mentalidades muy diferentes."

¿Y el partido de ida también fue el choque de dos mentalidades? ¿Aquel no y este sí? Además ¿Cómo se deduce del partido que si el éxito no llega la culpa es de los que conspiran? ¿Qué parte del hecho deportivo que parangonas te inspira este paralelismo?
Dices:

"Antes de irse, Lionel Messi dijo que la Argentina no sabía a qué jugaba, que estuvo perdida y admitió que Chile “nos ganó corriendo”. Bien, no es muy distinto a lo que pasa en el resto del país con el gobierno, que su principal tema de agenda son las elecciones del año que viene, mientras que el resto del mundo se pregunta cómo seguirá luego de la crisis financiera que empieza a mutar en una brutal recesión planetaria."

¿En que se parece lo que dijo Messi con lo que anotas a continuación? No lo veo en absoluto. Pero además ¿qué criterios objetivos nos permiten evaluar la prioridad del gobierno por las elecciones del año próximo frente a toda otra temática? ¿De qué modo esos criterios nos permiten establecer que ocurre aquí y no en Chile, o en EEUU o tooodo el resto del mundo?

Dices:

"la crítica apunta a la típica mentalidad argentina que uno puede salvar al resto, en detrimento de la que impera en el mundo civilizado donde el conjunto salva al conjunto."

Sin embargo, es sabido que la crisis de las hipotecas se debió en gran medida al egoísmo de los altos directivos que tramaron estrategias crediticias al solo efecto de atravesar con decoro sus añitos de bonanza en la empresa y que el que viene atrás se arregle como pueda. Entonces me pregunto ¿En el mundo civilizado impera que el conjunto salva al conjunto? Será algún mundo civilizado de la galaxia, pero no este. ¿Por qué achacar todos los males humanos típicos a la argentinidad?
Lo mismo aquí:

"La historia Argentina, desde Juan Perón hasta acá, está llena de Mesías"

¿Y la historia del mundo no?
(Por cierto, Argentina le ganó a Uruguay 2 a 1 y no 1 a 0 como anotas, aunque ciertamente, esto último parece más exiguo que lo primero.)

"Ni siquiera la Unión Soviética vivió aislada del mundo y en Cuba hay varios hoteles de la cadena española Meliá"

En Argentina a muchos hoteles de cadenas internacionales ¿por qué razón esto no señala nuestra apertura al mundo pero si nos dice algo respecto a la de Cuba?

"Sin embargo, en la Argentina hay gente que todavía piensa que es mejor aislarnos en vez de buscar oportunidades en las crisis y no sólo es Aldo Ferrer"

Debato a diario con foristas españoles y puedo asegurarte que en España también hay muchos que piensan así. Casi te diría que los encontrarás en todas partes.

"Claro, pero la mayoría no piensa como Ratazzi. Más bien todo lo contrario, dólar alto y Riquelme en la cancha. La solución mesiánica de siempre"

La mayoría de los industriales, porque el gobierno ya los ha frenado con esta idea. Recuerdo a la Presidente aclarando que el dólar alto produciría inflación. ¿Pero entonces los mesiánicos son los industriales pero no el gobierno? No entiendo. Además ¿en que se parece la pretensión de un dólar alto con una solución mesiánica?
Y además, la solución que implora por Riquelme bien puede ser mesiánica, pero jamás será “messiánica”. (Ji Ji).

Saludos y perdón por los palos.

Cristian

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