12 de noviembre de 2007

EL DIA QUE EL REY SE CONVIRTIO EN PLEBEYO



La Cumbre Iberoamericana llevaba a cabo en Chile, mostró las diferencias que existen entre los países supuestamente hermanos. El encuentro, que por cierto aún conserva algún remedo del colonialismo, con España participando como un papá a quienes sus hijos díscolos le han generado un par de dolores de cabeza. Y, no es otro que el Rey Juan Carlos, a quien bien se puede corporizar como el símbolo viviente de un colonialismo residual. Claro, ya no son la encomienda, la mita y la evangelización los instrumentos de “civilización” de la Gran Metrópoli. Los intereses económicos españoles en la región, se han convertido en los férreos lazos que mantienen a la otrora América Hispana unida a su madre patria y como causa o consecuencia –no parece que en este caso el orden de los factores importe mucho-, siempre emergen las discusiones políticas. En realidad, se trataría de un Commonwealth “sui generis”.
Al dolor de cabeza del Rey surgido por el culebrón rioplatense, reaccionó como todo un plebeyo de bar discutiendo de fútbol ante las constantes interrupciones de Hugo Chávez al discurso que pretendía pronunciar Rodríguez Zapatero. “Por qué no te callas”, pronunciaron en tono de condena los labios reales. Sí, después de todo los reyes son humanos y hasta pierden la paciencia. Lo que siguió fue una clase de democracia e institucionalidad dictada por Rodríguez Zapatero, quien se encargó de aclarar que a José María Aznar lo habían elegido los españoles, y que por lo tanto se le debía respeto. Cualquiera que tenga al menos una superficial idea de la política española, sabrá que Rodríguez Zapatero no es precisamente un defensor del gobierno de Aznar. Su oposición al envío de tropas españolas a Irak en el Congreso, debatiendo cara a cara con un Aznar en el poder lo eximen de cualquier favoritismo. Sin embargo, Zapatero no defendió al ex premier, sino a la voluntad del pueblo español que lo llevó a Aznar a ocupar ese cargo.
Ver esa imagen produce envidia, en la Argentina –aun con pacto social mediante- es inimaginable pensar en que un presidente en ejercicio defienda a un antecesor. Bueno, tal vez a partir del 10 de diciembre Cristina no trepide en defender al presidente anterior. Claro, pero la diferencia con Rodríguez Zapatero es que Aznar no es su marido.

Related Posts with Thumbnails

2 comentarios:

Trascribo parte del articulo que publicó La Nacion (periodico de BsAs, de derecha) en su version papel.
[...]"El altercado surgio cuando Zapatero dijo que los paises nunca podran avanzar si justifican sus problemas con el argumento de que alguien desde afuera les impide su desarrollo. Chavez pidio entonces la palabra y consideró que ´no se pueden minimizar´ los factores externos. A partir de alli critico con dureza a Aznar y a las empresas españolas, y contó que en 2000 el ex presidente del gobierno español le pidio que se uniera ´al primer mundo´ y le dijo que los paises mas pobres ´se jodieron´.
Zapatero replico que se podia estar en las ´antipodas ideologicas de Aznar´, pero que fue elegido por el pueble español, por lo que debe ser respetado. ´Exijo ese respeto´, le dijo Zapatero a Chavez, a lo que Chavez respondio, varias veces, le dijera lo mismo a Aznar. ´¿Por que no te callas?´, le dijo entonces el rey, visiblemente irritado."
Y despues sigue lo que tanto discutimos...
Si Aznar merece respeto, Chavez tambien. Y apañar un golpe de estado no demuestra respeto.
saludos
Belana

Bueno, la envidia corre por tu exclusiva cuenta, ya que a los pocos minutos de la defensa encendida que Rodriguez Zapatero hizo de la legitimidad de origen de Aznar, el PP español sacó un comunicado fustigando la pusilanimidad del gobierno del PSOE, y de su lamentable conducción de política exterior, toda vez que el mismo rey debió salir en defensa del honor de los ciudadanos españoles (le falto decir de los ciudadanos españoles de bien, como Aznar y su cría). Tal vez sería bueno dejar de minimizarnos respecto de algunos paises europeos, y pensar que las conductas honorables son virtudes de los individuos, y no una característica fenotípica del tal o cual pueblo de la tierra.

Enrique

Compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More