22 de enero de 2012

LAS MALVINAS SON INGLESAS

800px-Flag_of_the_Falkland_Islands.svg(22/01/12) El gobierno argentino se anotó un triunfo con su estrategia de convencer a los países del Mercosur de no aceptar barcos que enarbolen la bandera de las Falklands Islands. Fue el primer triunfo político práctico en la cuestión Malvinas en mucho tiempo, más allá de la declaración anual del Comité de Descolonización de la Naciones Unidas que insta a argentinos y británicos a discutir la soberanía. Es un ejercicio declarativo necesario pero sin efectos prácticos, ya que los países centrales ignoran permanentemente cualquier declaración del organismo internacional cada vez que no está en sintonía con sus intereses.

Sin embargo, la estrategia del gobierno argentino tiene un efecto práctico que a primera vista podría interpretarse sólo como un simbolismo pero que no es así. El gobierno argentino consiguió que las Malvinas sean inglesas y, aunque parezca paradójico, es una gran noticia porque significa un certero golpe al principal eje argumentativo de los ingleses para negarse a hablar de soberanía y es la autodeterminación de los isleños. Cosa que la Argentina siempre se ha negado y sistemáticamente ha insistido que en la mesa de negociación sólo se sentará con los ingleses. Ahora, los países del Mercosur siguen el mismo camino obligando a los barcos a izar la Union Jack, que en definitiva implica no reconocer a las Falklands como tales y mucho menos a los isleños como un pueblo distinto al británico.

Al principio el gobierno inglés prácticamente se lo tomó como una broma y su Canciller declaró que sencillamente los barcos cambiarían su bandera, restándole importancia a la decisión de los países del Mercosur. Sin embargo, cuando un barco proveniente de Malvinas quiso atracar en el puerto de Montevideo y no se le permitió la entrada por llevar izada la bandera kelper, los ingleses se dieron cuenta que la cuestión era más seria de lo que ellos habían presumido. A partir de ese momento empezó la escalada de declaraciones británicas, que llevaron al Primer Ministro David Cameron a acusar a la Argentina de colonialista. Sin lugar a dudas, una muestra del mejor y más refinado humor inglés. Desafortunadamente, los funcionarios argentinos como el presidente en ejercicio Amado Boudou y Florencio Randazzo le contestaron haciendo gala del patrioterismo escolar argentino que siempre ha sido una herramienta ineficaz a la hora de la diplomacia. Las declaraciones de Cameron, probablemente más destinadas al consumo interno británico que otra cosa, debieron ser contestadas con el leguaje de la diplomacia y no con el que se usa en la mesa de un bar. Por eso, los funcionarios argentinos tienen que bajar un cambio y en todo caso dejar que el Canciller Héctor Timerman, quien hasta el momento viene demostrando una sobriedad atípica, sea el que haga las declaraciones sobre el tema. En un reportaje publicado por Página 12, Timerman explicó la estrategia argentina de esta manera: “La Argentina no busca organizar un bloqueo a las islas. Sólo quiere contrarrestar el interés británico con un hecho jurídico que se opone a una medida de facto. Si ante la medida de facto, que es un barco atracando en un puerto del Mercosur con bandera de las islas, ningún país dice nada, quiere decir que está reconociendo la juridicidad de ese hecho. Por eso era tan importante que no se aceptara la llegada de barcos con esa bandera. Le hemos quebrado al Reino Unido una estrategia de hechos consumados. Las banderas no son trapitos. Si al aceptar un pasaporte se reconoce la entidad de otro país, ¿cómo no va a ser importante una bandera? Vencimos la estrategia inglesa y fue una gran victoria argentina. Esta victoria fue la que motivó la reacción intempestiva de Cameron”.

Los dichos del Canciller argentino ponen de manifiesto una estrategia inteligente y la Argentina tiene que recorrer ese camino y dejar de lado el patrioterismo de tablón. Si Cameron utiliza Malvinas para disimular sus problemas políticos, la Argentino tiene que hacer lo opuesto y que Malvinas sea una causa de consumo externo porque es allí donde el país va a conseguir mayores logros.

Sí, las Malvinas son inglesas y eso es una buena noticia.

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1 comentarios:

Espectacular tu reflexión, Martín... Al fin y al cabo, lo que la Argentina siempre plantea a nivel internacional es que las Malvinas son británicas. Parece ser el primer acierto de Timerman como canciller.

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