La Presidenta lanzó un plan de empleos para el que el gobierno destinará $ 1.500 millones con el objetivo de crear 100.000 puestos de trabajo en el Conurbano. En sí no abundó en demasiados detalles del plan, pero no perdió la oportunidad de mencionar “fusilamientos mediáticos” y pedir un “padrón” para los ricos. La señora Kirchner no mencionó la finalidad de confeccionar dicho documento, aunque sonó a una versión módica y superficial de la lucha de clases. De hacer ese censo los Kirchner ya tienen reservado un lugar al lado de las familias más ricas del país, pero si se tratara de determinar un ranking de mayor crecimiento, sin lugar a dudas la pareja presidencial lo encabezaría. A su lado también estaría Lázaro Báez, Cristóbal López y Rudy Ulloa Igor. Todos válidos exponentes de la política de redistribución del ingreso kirchnerista. La multiplicación de los panes y los peces de Cristo, un juego de niños.
Como de costumbre el discurso fue largo y tedioso y la Presidenta trató de mostrarse segura y abundaron los mohines soberbios que la caracterizan. Va a ser interesante conocer de qué manera se instrumentará este plan, que tendrá como responsable al actual diputado Dante Dovena, que abandona su banca el próximo 10 de diciembre. La cuestión no es menor, ya que como se recordará semanas atrás Néstor Kirchner dijo que su derrota en la provincia se debió a que había sido “una víctima de la vieja política”. Es decir de los Barones del Conurbano: los poderosos intendentes bonaerenses. Por eso, no parece que el gobierno quiera darles estabilidad a muchos de los que en Olivos son considerados traidores, y que Mario Ishii –el hombre fuerte de José C. Paz- quiere salir a cazar. ¿habrá intendentes que respondan a Scioli y otros a la Casa de Gobierno? No hay que olvidarse que días a atrás, el gobernador encaramó a Baldomero Alvarez de Olivera –intendente de Avellaneda- como Ministro de Desarrollo Social, una cartera que cuenta con uno de los presupuestos más abultados de la provincia.
La ausencia de Daniel Scioli no es un dato menor, y es obvio que en la Casa de Gobierno no debe haber caído nada bien que estuviera reunido con los obispos hablando sobre la pobreza. al salir del encuentro, el arzobispo de Mercedes-Lujan, monseñor Agustín Radrizzani, sostuvo hoy que la pobreza en el país "se va difundiendo en progresión geométrica, y esto -admitió- está vinculado con la crisis mundial". Declaraciones que como es de esperarse no deben haber caído para nada bien.
El gobierno sigue negociando con Julio Grondona la televisación del fútbol, que vive como una victoria contra el Grupo Clarín. Si bien el jefe de gabinete Aníbal Fernández declaró que no se estatiza el campeonato, ni que se ha hablado de plata; Ernesto Cherkis Vialo, vocero de la AFA, dijo que de piso piden $ 500 millones anuales por los derechos de la televisación. Aunque el gobierno lo niega, es más que probable la plata salga de las arcas públicas, una cuestión incomprensible en un país donde hay cada vez más pobres y el gobierno está rascando el fondo de la lata para seguir adelante con “el modelo”. ¿Por qué hay que salvar a Grondona y a la caterva de dirigentes ricos que dirigen clubes pobres? No suena creíble que el señor Grondona recién haya tomado debida nota que desde hace décadas viene tratando con una empresa monopólica. ¿Acaso no fue el mismo Don Julio el que armó el negocio con TyC? Si había una práctica monopólica de la empresa el estado tienen las herramientas necesarias para romperlo, pero ahora todos parecen paracaidistas húngaros. Cada vez hay menos pan y más circo.
El tarifazo del gas pasó a convertirse en el principal papelón del año, y demostró las contradicciones del gobierno y la preocupantes situación de la economía. Luego de defender una y otra vez el salvaje aumento, que principalmente apuntaba a formar un fondo fiduciario para que importar gas de Trinidad Tobago, Venezuela y Bolivia; el gobierno se vio obligado a dar marcha atrás. Sin embargo, tal como el ministro Julio De Vido lo anunció el aumento sólo se suspendió. Recién cuando Hugo Moyano emitió un comunicado diferenciándose del gobierno y denunciado que el aumento impactaba sobre los trabajadores, Cristina decidió desandar el camino. El kirchnerismo no puede tener roces con el único aliado de envergadura que le queda.
Sin embargo, el episodio demuestra la falta de planificación y de seriedad en la política energética del gobierno. Durante siete años las tarifas estuvieron congeladas, y aquellos que pretendieron que se fueran sincerando de a poco en la época de vacas gordas, como Daniel Scioli y Roberto Lavagna, sufrieron un duro castigo. El gobierno prefirió tomar el camino del subsidio indiscriminado y terminó financiando el consumo de gas de las casas de los countries, mientras los que deben recurrir a las garrafas sufrieron constantes aumentos que nadie descubrió hasta ahora. Pasó el tiempo, los pozos de gas sólo tienen reservas para siete años porque nadie tiene la confianza suficiente como para enterrar el capital que se requiere para explorar y la caja cada día se estrecha más. Es un callejón sin salida, pero a la larga o la corta alguien va a tener que poner la plata. si aplicar un aumento del 300 o 400 por ciento en la factura de gas no es un ajuste, es mejor no imaginar qué debe ser eso para el matrimonio presidencial. Es probable que vuelvan a venderse las cocinas económicas, pero como estamos en una era retro no van a desentonar.
Lo lógico hubiera sido ir haciendo un calendario de sinceramiento en las tarifas para que los incrementos n o se sintieran demasiado, y al mismo tiempo armar un plan de inversiones serio y sustentable con las empresas para explorar nuevos yacimientos. Nada de eso ocurrió. El gobierno siempre mantuvo una posición dura con las concesionarias, envalentonado porque por aquellos días las divisas entraban a un ritmo incesante. De golpe no hayt casi nada, despilfarramos todo y pasamos de ser un país exportador de combustibles a importarlos a precios exorbitantes. Lo mismo va a suceder con la carne, Guillermo Moreno terminó subsidiando el lomo que se come en la Zona Norte. No se exporta, el precio para los productores está congelados y están rematando sus planteles para sembrar soja; ese “yuyo” que la Presidenta quiere controlar pero que no para de expandirse por su errante e inconsistente política agropecuaria. Como es lógico, ahora hay carne pero a este ritmo vamos a tener que importarla como el gas y el mundo no está para hacer caridad con la Argentina.
El kirchnerismo pensó que el viento de cola, los comodities a precios exorbitantes y la entrada de divisas era un sueño sin fin; tal vez finalmente era cierto y después de todo, estábamos condenados al éxito como dijo Eduardo Duhalde. Era la época en que Néstor soñaba con 16 años de gobierno K intercalados entre él y ella. Pero la realidad tiene esa maldita costumbre de interponerse y aunque Kirchner sueña con un regreso en el 2011, cada vez son más los que piensan cómo hará CFK para terminar su gobierno. Parece que la fiesta terminó y ahora…Putting is the Gansa.
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