MADE IN ARGENTINA

La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner estaba exultante en el acto para anunciar el acuerdo salarial con los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, con motivo de cumplirse seis meses desde que fue intervenida por el estado. A medida que desgranaba su discurso el entusiasmo de CFK iba in crescendo hasta que lanzó la frase: "Yo no sé si Obama habrá leído a Perón, pero déjenme decirles que se pareció mucho, ¿no?". La Presidenta lo dijo en referencia a las declaraciones que el Presidente norteamericano hizo sobre la necesidad de tener sindicatos fuertes y que en el contexto de la crisis internacional los trabajadores no pueden considerarse parte del problema.

La señora Cristina parece ignorar que los Estados Unidos tienen una tradición de sindicatos fuertes. A tal punto, que el día del trabajo se celebra el primero de mayo en homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en esa ciudad por su participación en la Revuelta de Haymarket cuando reclamaban una jornada laboral de ocho horas. Aquellos sucesos se produjeron en 1886, todavía faltaban 59 años para el 17 de octubre pero tal vez aquellos anarquistas de chicago también hayan leído a Perón, incluso antes de su nacimiento. La cuestión no es si Obama leyó a Perón, en todo caso el problema parece ser que los Kirchner olvidaron los textos del general.

Se sabe, que cuando la Presidenta está contenta, comete algunos excesos en sus discursos que desnudan su soberbia. "En épocas de ganancias el sector privado siempre está, pero en épocas de pérdidas sólo queda el Estado", pero no se quedó ahí fue más allá y disparó que "los grandes centros donde nos criticaron siempre están tomando medidas copiadas de lo que ha sido este modelo desde el 2003". Así, no es difícil llegar a la conclusión que Obama no sólo peronista, sino que también está enrolado en el kirchnerismo, en el conurbano…obvio.

Desafortunadamente, la Presidenta no aclaró qué parte del modelo kirchnerista está siendo copiado por el primer mundo. Tal vez en los Estados Unidos y en Europa estén estudiando cómo modificar las estadísticas para disfrazar la cantidad de desocupados que está dejando la crisis y ocultar la inflación, dejen de subsidiar a sus agricultores para pasar a cobrarles retenciones, establezcan precios máximos y los empresarios amigos de los gobiernos empiecen a comprar medios de comunicación para que silencien a los cuestionadores que sólo piensan en desestabilizar gobiernos.

Es evidente que el gobierno tiene un problema de timing. El problema de salud que padeció la Presidenta, derivó en que su postergada visita a Cuba se realizara justo en el momento en que Juan Domingo Obama asumía la presidencia de los Estados Unidos. Si bien las relaciones con España son buenas, éstas han sufrido no pocas fricciones a causa de distintas idas y venidas en torno a las reglas de juego de las empresas españolas con intereses en la Argentina. Uno de los factores de tensión entre ambos gobiernos ha sido Hugo Moyano, que en su momento no dudó en atacar los intereses españoles en el país y prácticamente acusándolos de constituir una segunda oleada colonizadora. El diario madrileño ABC se encargó de recordar el papel que jugó Moyano y un colega del Diario El País dijo que la presencia de Moyano como integrante de la comitiva molesta a los españoles. Pero hay más, El gobierno decidió llevar a cabo un tarifazo de gas y luz luego de mantener las tarifas congeladas en los últimos cuatro años. En algunos casos los aumentos superan el 200 por ciento. El momento no podía ser menos oportuno, si se tiene en cuenta el contexto de la fuerte crisis internacional que está impactando más de lo proyectado por el gobierno en un primer momento. El tema del ajuste de las tarifas de los servicios públicos fue uno de los temas que produjeron ruidos en la relación de la Argentina y España. Si bien es cierto que las tarifas estaban rezagadas, lo lógico hubiera sido ajustarlas poco a poco para que el impacto no fuera tan brutal. Sin embargo, cuando alguien exponía esta posibilidad rápidamente era acusado por el gobierno del matrimonio de atentar contra el cambio de paradigma que se había acuñado en la década de los noventa. En este marco es una verdadera contradicción que CFK pida desde el atril presidencial que los argentinos no detengan el consumo, pero al mismo tiempo se aumenta la tarifa de los servicios, parte del cual terminará engrosando un fondo fiduciario (uno más) que administrará el ministro Julio De Vido. Parece que la fiesta terminó.

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