20 de mayo de 2008

EN UN MUNDO DE APARIENCIAS

El gobierno y el campo se encuentran dispuestos a retomar las negociaciones. Se prevé que desde el lado oficial se sentarán dos Fernández, Alberto y Carlos –que es el ministro de economía por si el lector no lo ubica bien-, del otro los cuatro miembros de la mesa de enlace.

Más allá de los temas que figuran en la agenda, hay una cuestión que preocupa a ambos bandos: cómo cerrar un acuerdo y parecer el ganador de la contienda. En este punto ya no importa si se es o no el triunfador, es más importante parecerlo que serlo.

En la lógica del kirchnerismo no existe la posibilidad de perder, ni siquiera del empate o del acuerdo en que cada parte cedió algo. Del lado del campo, los dirigentes quieren evitar que las bases se desborden y aparezcan arrodillados frente al gobierno, según el deseo que habría manifestado el ex presidente Kirchner. Ya se sabe que los hermanos De Angeli han acatado el levantamiento del paro bajo protesta, pero están expectantes monitoreando qué vaya a suceder para volver a la ruta. Por eso, en principio las retenciones móviles mutarán en la eufemística expresión “mercados de futuro”. Por estas horas, la Presidenta Cristina Fernández analiza si ella en persona recibirá a los ruralistas o aparecerá para la foto final. Quién llama a quién, es otra de las preguntas que no pasan inadvertidas. Garantes, mediadores y celestinas reclaman unos y otros: el cardenal Jorge Bergoglio, Juan Carlos Lascurain, Hermes Binner y Juan Schiaretti son algunos de los nombres que se han mencionado como intermediarios. Casi parece un minué de novios quinceañeros, pero así es la política aunque sea difícil de comprender para el común de la gente. Más allá de las apariencias, unos y otros no deben olvidar que todo cuanto resuelvan afectará a todos los argentinos y la mayoría no participa en política ni en luchas de poder.

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2 comentarios:

Nelson Rodriguez

Martín, quiero decirte que a este lock out campestre se lo podria llamar ´crónica de una derrota anunciada´. Un pequeño grupo de grandes terratenientes, cooptando a pequeños idem (quienes, por otra parte, se dejaron cooptar, de una manera vergonzosa) y a figurones de la oposición desde la mas rancia y carente de autocritica derecha hasta ´izquierdistas´ como Ripoll (que ante la falta de votos parece que para salir en algun lado, esto es lo unico que pueden hacer), todo esto coordinado y orquestado por una infamante y desembozada campaña de desinformación publica ejercida por los medios de (in)comunicación, todo este verdadero contubernio o "Unión Democrática" bradenista para atacar a un gobierno democrático que acaba de asumir, el que al se continuidad del anterior, está hablando a las claras de que el pueblo refrendó con su apoyo todo lo que se viene haciendo desde mayo del 2003. El tema no son las retenciones (fueron aplicadas también entre otros por Frondizi, Alsogaray, Onganía, Levingston y Viola -qué nenes, eh?-). El tema es querer cambiar la política económica ya no desde un golpe de estado, sino de una "asonada campestre" (lo que es lo mismo), por parte de quienes "son la Patria", y que lucen escarapela siguiendo el consejo de Noguera (un busca, un mercenario de cuanto gobierno de derecha hubo en el continente). ¡NO SEÑOR! La Patria SOMOS TODOS. El Gobierno está haciendo lo que tiene que hacer: tocar a los poderosos para redistribuir la riqueza (si bien hasta ahora lo hizo muy levemente). Las retenciones son necesarias para apuntalar nuestra industria. La Fed. Agraria de Buzzi (que ya no es tan distinto que digamos del que se escribe con "ese") hizo un tristísimo papel, de la mano de los LLambias, los Miguens y todos los que rechazaron el Estatuto del Peón de Campo en 1945, y le hicieron el golpe a Perón 10 años después. Lo de De Angelis fue muy patético: me recordó a esos soldados japoneses a los que se los encuentra perdidos en una montaña, y que pretenden seguir luchando en la 2º Guerra Mundial, sin darse cuenta de que hace cincuenta años que perdieron.

La cuestión, tan mentada como rápidamente olvidada, es quién tenía aguante. La Presidenta así lo dijo, "que ella tenía aguante". Y no mintió. Los dirigentes campesinos están entrampados entre sus bases y el resto del país (gobierno inclusive). Los unos inflamados por el petardaje bucal de los militantes del ex PCR (Partido Comunista Revolucionario, sí los que avalaron la dictadura de Videla, Massera, Martínez de Hoz porque se les vendía trigo a la ex URSS) Y los otros (nosotros) ya enterados de las trapisondas y evasiones fiscales, meros delincuentes que quieren disfrazarse de patriotas con una escarapela en el pechito argentino. No todos, pero así y todo demasiados.

El campo ya perdió, por irresponsables, por insolidarios, por imbéciles. Por no saber como se juega a ese juego que se llama democracia, poca práctica real, mucha teoría mangrullesca.

Pero para el Estado -o sea, para todos nosotros- es una victorria pírrica. Motorizada por los campesinos y guiada por el Gobierno.

Una lástima.

Óscar.

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