14 de septiembre de 2007

¿DUHALDE CONDUCCION?

La semana política termina conmovida por el anuncio del ex Presidente Eduardo Duhalde de volver a la política a partir del próximo 10 de diciembre. La volatilidad del clima político es tan alta y la campaña electoral tan pobre en materia de oferta de ideas, que bastaron una decena de líneas con forma de carta de lectores para se produjeran movimientos en todos los sentidos. Los efectos de la movida de Duhalde alcanzaron su clímax cuando Néstor Kirchner le respondió desde el atril presidencial afirmando que él no se retiraba de la política al vencer su mandato.
En el entorno del ex presidente sostienen que luego de que el periodista Carlos Pagni publicó en La Nación la supuesta participación de Duhalde en una “suerte de conspiración”, no le quedó otra posibilidad que salir a dejar sentada su posición. En realidad ese fue el inicio, pero es evidente que el ex presidente aprovechó la oportunidad para aclarar dónde está parado. Algo que en el gobierno se entendió como “una mojada de oreja”.
La pregunta es sencilla: ¿Qué significa el retorno de Duhalde a la política? Sus colaboradores más cercanos se encargan de aclarar que “esto no implica pensar en un Duhalde candidato. El quiere ser un factor de diálogo y unión en la reconstrucción del peronismo, porque Duhalde tiene una visión de los partidos políticos como instituciones fundamentales para asegurar el sistema democrático”. Sin lugar a dudas es una respuesta interesante y fundamentada, aunque suena demasiado teórica cuando de quién se está hablando fue el hombre fuerte de la provincia más importante de la Argentina, comandó el aparato político más organizado y poderoso de América Latina, estabilizó el país en medio de su peor crisis política y económica y prácticamente convirtió en Presidente al gobernador de Santa Cruz. Ante la insistencia de este cronista, la fuente duhaldista intentó ampliar el argumento a fin de despejar dudas. “Duhalde está preocupado por la marcha de la economía y por la actitud negatoria del gobierno en reconocer los problemas, que como no acepta que los tiene permanentemente toma decisiones a corto plazo y no tiene un solo programa de mediano plazo.”
Si bien en el campamento duhaldista no lo dicen abiertamente, no hace falta ser un analista avezado para sacar, al menos, un par de conclusiones: 1) Un hipotético gobierno de Cristina Kirchner implicará una profundización de los aciertos y los errores del modelo kirchnerista, 2) la negación de la existencia de los problemas sumada al punto anterior puede desencadenar una crisis importante. Entonces, frente a ese posible escenario, va a ser importante la reconstrucción del peronismo como hipotético factor de estabilización. Esta concepción de Eduardo Duhalde no es nueva. En la crisis del 2001, cuando un agónico Fernando de la Rúa le ofreció al Justicialismo formar parte de un gobierno de coalición, la recomendación de Duhalde fue rechazar la propuesta porque ante el desbarrancamiento de la Alianza, el peronismo era el único factor de poder que estaba en condiciones de tomar las riendas del país. La historia es bien conocida, con lo que huelga abundar en mayores detalles.
“Duhalde está dispuesto a apoyar a quien quiera ponerse el peronismo al hombro. De la Sota y Romero pueden ser buenos candidatos pero se tienen que decidir porque el Frente para la Victoria va a explotar en unos meses. No pudieron armar nada y mucho menos están en condiciones de conducir un país”, pronostica la fuente y vuelve a la carga: “El gobierno tiene el MERCOSUR paralizado porque tiene una relación tirante con Lula; cuando debe ser la plataforma para que el país salga al mundo”.
Es imposible resistir la tentación de preguntar sobre Daniel Scioli. “No le va a ser nada fácil, la gente de la provincia está cansada de la inseguridad y de que los chicos no tengan clases. Resolver esos dos temas lo va a tener con el culo a cuatro manos y ni que hablar de la situación económica de la provincia. El peronismo va a tener que ser muy generoso con Daniel, especialmente si el kirchnerismo quiere complicarle la vida. Por eso es que Duhalde quiere empezar desde abajo, primero quiere reconstruir el peronismo de la provincia y luego seguir con el resto de los distritos.”
La impresión que uno se lleva al preguntar por Scioli es que el duhaldismo, o lo que queda de él, no lo tiene calificado como un traidor. Incluso, cuentan que hasta hace tres o cuatro meses no era infrecuente que el vicepresidente jugara al ajedrez en Lomas de Zamora o que Duhalde “se diera una vuelta por el Abasto”.
El término “tiempista” se lo utiliza recurrentemente para describir a Eduardo Duhalde, característica que parece ser crucial para aquellos que pretendan destacarse en el ajedrez y en la política. Mantuvo el silencio, esperó y un día decidió mover una pieza. En el kirchnerismo se pusieron nerviosos.

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2 comentarios:

Me parece que Duhalde nunca dijo que se retiraba de la política, sino que no iba a postularse para ningún cargo y que se llamaba a silencio para no obstaculizar al gobierno, cosa que -creo- hizo durante estos cuatro años. No creo que ningún político se retire, podrá dejar de ocupar cargos pero de ninguna manera dejar de participar, dejar de opinar, y me parece bien , no imagino a Alfonsín, a Menem y tantos otros (más allá de sus errores) no dando su opinión.
Por otra parte, me parece bien que gente del peronismo se ponga al frente para reconstruir el partido tan vapuleado, sobre todo por el Presidente, quien no sólo no ha respetado al peronismo sino que también hizo lo mismo con el Radicalismo, en sus cuatro años de gobierno, jamás estableció un diálogo con estos partidos tan importantes para el sistema democrático, los ignoró totalmente.
No soy Duhaldista, para nada, pero respeto que se haya hecho cargo del País en un momento muy dificil y cuando todos pusieron por delante sus ambiciones personales, incluido el Presidente Kirchner, que por aquellos dias decía que sólo asumiría si se llamaba a elecciones en marzo de 2002 y algunas otras condiciones seguramente.
Gracias Martín, un saludo

Creo que es obvio que como tiempista se equivocó, y que su aparición en el panorama peronista solo le sirve a K, marca que hay una ruptura (por lo menos de tiempos) con el peronismo clásico de los Saa los Menem, etc.aparece junto a un "impresentable" como Alfonsin y su mujer apoya a Lavagna,dos salvavidas de plomo. Y que a K. le sirven para mostrar que trata de debilitarlo como hizo con De la Rua, A no ser que se haya buscado esto de entrada...
alejandro

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