Mauricio Macri decidió hacerle caso a Jorge Luis Borges y salir de su laberinto por arriba. Sorpresivamente, le pidió a la Legislatura que le iniciara juicio político, veinticuatro horas después que los legisladores de su partido trabaran la conformación de una comisión investigadora para deslindar responsabilidades en el escándalo por las escuchas telefónicas.
La jugada del Jefe de Gobierno es arriesgada, pero fueron tres las razones que lo impulsaron a decidirse por esta audaz alternativa. Luego de la conferencia de prensa del lunes pasado en la que pidió la elevación a juicio oral de la causa por el escándalo de las escuchas, comprendió que los tiempos de la justicia son demasiado lentos con respecto al ritmo que requiere un político que aspira a la presidencia. Y, para colmo, esos tiempos los maneja el juez Norberto Oyarbide; desde el viernes fuertemente apuntalado por el fallo de la Cámara que confirmó el procesamiento de Macri. A esto debe sumarse que las encuestas telefónicas realizadas por el PRO luego de la conferencia de prensa dio como resultado un fuerte apoyo al Jefe de Gobierno, y confirmaron que el discurso enhebrado desde Bolívar 1 caló hondo en los vecinos de la Ciudad. La mayoría piensa que Néstor Kirchner está detrás de su procesamiento con el objetivo de esmerilar su carrera política. Además, Macri no quiere cometer el mismo error estratégico que le costó el puesto a Aníbal Ibarra, que estiró los tiempos del juicio político y se fue desgastando, y perdiendo aliados que al final terminó destituido. Macri está seguro que no puede descuidar la variable tiempo y si quiere seguir siendo presidenciable debe salir de este escándalo lo más rápidamente posible. Por otra parte, si consigue salir airoso del juicio político, según adelantan sus estrategas, en el ámbito judicial será más difícil que termine condenado.
La diputada Gabriela Michetti, en declaraciones a Contrapunto por FM Identidad explicó las razones que movieron a Macri a tomar esta decisión: “Mauricio quiere que esté todo a la luz del día y se conozca todo; a cara descubierta. No en una declaración cerrada sino ante toda la sociedad y el periodismo. Esta es una operación política, no es una causa judicial. La sensación de todos, es que si bien uno puede darse cuenta que hay legisladores de buena fe, uno se da cuenta que otros se montan en una operación política, hay disparidad y se pelean los opositores. Mauricio ya quería anunciarlo el lunes”.
Gabriela Michetti en Contrapunto (FM Identidad 92.1)
Si bien la jugada puede resultar riesgosa, no hay que olvidar que para la destitución del jefe de Gobierno se requieren los dos tercios de los votos. Hoy llegar a esa proporción en la Legislatura es prácticamente imposible, aunque en el PRO son consientes que el gobierno nacional puede llegar a operar para conseguir voluntades al igual que lo hace en el Congreso Nacional. Por eso, los alfiles del macrismo a partir de ahora prestarán mucha atención sobre la actitud de sus legisladores, que no constituyen un bloque monolítico y sin fisuras. A propósito de lo cual, muchos se preguntan qué actitud tomarán los legisladores que entraron de la mano de Ricardo López Murphy en tiempos de la alianza con Macri o por caso que hará alguien como Daniel Amoroso que pasó a las filas de Francisco De Narvaéz y votó a favor de la conformación investigadora. Por eso, es importante hacer hincapié en que hoy la destitución de Macri a través de un juicio político es muy difícil pero el paso del tiempo puede generar un dolor de cabeza.
El macrismo también buscó arrinconar a la oposición en la Legislatura y obligarlos a que doblen la apuesta. Si querían formar una comisión investigadora, que eventualmente podía desembocar en el juicio político a Mauricio Macri, no debería tener problemas en encararlo directamente. Sin embargo, la oposición se muestra muy renuente a entrar en el juego del oficialismo. “En principio no lo entendemos porque en la sesión pasada se rechazó todo. Hay que tener en cuenta la irresponsabilidad ante la gravedad institucional de la Ciudad, no tenemos ni siquiera vice jefe, porque Macri mandó a Michetti a la Cámara de Diputados. Hoy no aprobamos el juicio político y tendrá que ir todo a la Comisión de Juicio Político. La Ciudad no puede estar permanentemente de rehén de quienes dirigen los destinos de los porteños”, declaró en Contrapunto el legislador Fernando Sánchez, presidente de la bancada de la Coalición Cívica en la Legislatura porteña.
La Legislatura ahora deberá decidir si le da curso al juicio político pedido por Mauricio Macri y si opta por tomar otro camino que implique más tiempo, que hoy es el enemigo más poderosos con el que se enfrenta el Jefe de Gobierno.
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