27 de septiembre de 2009

ERROR DE CALCULO

25-09-09 EEUU - Pte EEUU. La Presidenta consiguió en Estados Unidos lo fue a buscar, una foto con Barack Obama que ahora el gobierno meneará hasta el cansancio como muestra de la cercanía de Cristina con el hombre del momento. Pero la política exterior es mucho más que un álbum de viaje y si bien las imágenes son importantes, la de la Argentina está reducida solo a expresiones superficiales. Las fotos que trajo CFK no son más que un módico gesto a cambio de un encuentro bilateral que nunca llega y que por el momento los norteamericanos no parecen tener interés.

Claramente, la administración Obama se ha encargado de mantener con el gobierno argentino un trato frío y distante; es la retribución por la contra cumbre de Mar del Plata impulsada por Caracas y La Habana en donde el ex presidente Bush y su política fueron maltratados. El gobierno argentino no comprende por qué el principal rival político de Bush es el encargado de pasar la factura por aquel desplante. Los norteamericanos tienen una clara conciencia de la continuidad del Estado, por eso consideran que la agresión a Bush fue una afrente a los Estados Unidos, y no simplemente a uno de los presidentes más desacreditados de los Estados Unidos.

La frialdad a la Argentina es evidente y no se la puede disimular con un puñado de fotos de ocasión. Los presidentes de Brasil, Uruguay, Chile, Colombia y Méjico ya ha tenido su oportunidad del “téte a téte” con Obama, en el caso Lula la química entre ambos es evidente; Brasil hace rato que juega en otra liga que la Argentina.

Mientras la política exterior de la Argentina iba tras su apreciada imagen en la Argentina hacía su reingreso en la agenda política la protesta social, cuya expresión más brutal fueron los episodios del viernes en la planta de Kaft en General Pacheco que además desnudó otras dos cuestiones no menores como la feroz interna que existe entre el gobierno nacional y la administración de Daniel Scioli y la inacción de Hugo Moyano para contener las expresiones trabajadoras no peronistas. En este último punto el caso de Kraft se emparenta con el de Metrovías, donde en los sindicatos hay líneas internas que no reconocen la conducción formal del gremio. Son expresiones enroladas en la izquierda con métodos de acción política notoriamente más duros que los empleados tradicionalmente por la CGT; que tarde o temprano siempre llegan a un acuerdo con la patronal y salvo algunas excepciones, como la protagonizada por uno de los hijos de Hugo Moyano en las oficinas de Autopista del Sol, nunca emplean métodos violentos. El conflicto se prolongó por casi cuarenta días en donde se vio a un ministerio de trabajo menos eficiente que de costumbre en la búsqueda de consensos para arribar a una solución, prácticamente una marca registrada de Carlos Tomada que ha demostrado saber obturar conflictos sindicales.

VHB_8621 A los hechos del viernes se sumaron otros episodios tal vez menos difundidos pero igualmente preocupantes. El martes fueron bloqueados los accesos a la Ciudad de Buenos Aires por una cuatro horas, operativo que volvería a producirse en las próximas horas. El jueves un grupo de trabajadores enrolados en la Unión de Trabajadores Desocupados tomó una planta de la empresa Panamerican Energy en Salta y los petroleros estuvieron a  punto de dejar sin gas a la provincia de Neuquén. No son pocas las fuentes que sostienen que estas expresiones son solo el comienzo de varios episodios similares.

Es cierto que todos estos conflictos tienen un altos grados de ideologización y que en muchos casos se los exacerba para obtener algún rédito político, como la disputa a la CGT por parte del Partido Comunista Revolucionario y del Partido Obrero del monopolio de la representación de los trabajadores. Pero más allá de esto, que no pasa de ser un ingrediente en el análisis pero de ningún modo termina siendo central, es claro que las condiciones sociales se han deteriorado dramáticamente. Es cierto que el gobierno puede seguir empecinado en fabricar un espejismo de masas a través del INDEC que no tiene pudor en anunciar la baja de la pobreza en una economía en recesión, una construcción que ha causado más sorpresa en las filas del propio kirchnerismo que en los sectores críticos. En suma, el gobierno puede continuar inventando estadísticas pero los efectos de la crisis económica y el aumento de la pobreza empiezan a hacerse visibles. No hay duda que existe un escenario propicio para que la lucha social vaya instalándose en la agenda política nacional.

El director de la consultora Sel, Ernesto Kritz, tiene una visión  muy preocupante acerca del deterioro social y el crecimiento de la pobreza. Según sus números, la brecha entre la canasta básica que difunde el INDEC y la relevada en los supermercados es del 60 por ciento, mientras que para el organismo oficial la línea de pobreza es de $ 1.000 para Kritz asciende a los $ 1.600. De acuerdo con estas cifras, el INDEC estaría ocultando nada más y nada menos que 7 millones de pobres, si se tiene en cuenta que las estadísticas sobre el tema que difundió el instituto durante la semana que acaba de terminar. Incluso, lo paradójico de la situación es que el INDEC ha comenzado a contradecirse en sus propias estadísticas, sería un enigma difícil de dilucida aun para el economista más avezado cómo un país que experimenta una baja en su nivel de actividad simultáneamente es capaz de reducir la pobreza. Para Kritz la Argentina dejó de generar antes del estallido de la crisis global, con lo que es claro que las causas del deterioro social se debe principal a factores domésticos.

El matrimonio presidencial puede seguir inventando la realidad y creer que la discusión es la redistribución del ingreso, cuando no comprende que el debate ahora es simplemente el ingreso. Resulta paradójico y por supuesto contradictorio que quienes están sintiendo los principales efectos de una administración que se empecina en no tener ningún plan, sean aquellos que los Kirchner dicen preocuparse por mejorar sus condiciones de vida. Las protestas sociales no estaban en los cálculos del matrimonio presidencial y mucho menos que lleguen desde la izquierda. Ya no se trata de los bolsones oligárquicos del campo que una y otra vez fueron emparentados con la dictadura o la derecha nostálgica que añora los noventa y el consenso de Washington. Ahora, están comenzando los piquetes de la escasez que reflejan la caída de la producción y los efectos de la inflación, cuestión para la que el gobierno no parece contar con otra solución que no sea los aprietes de Guillermo Moreno que a esta altura ya no asustan a nadie.

Uno de los riesgos para Néstor Kirchner es que las protestas empiecen a perturbar las maltrechas economías provinciales es que se quiebre el bloque de gobernadores, que no sin cuestionamientos, todavía siguen jurando fidelidad en público al kirchnerismo aunque en muchos casos hacen escuchar sus críticas todavía por lo bajo.  No cabe duda que Kirchner se encamina a una bifurcación en su camino político donde la aprobación del proyecto de la ley de medios es fundamental, no sólo por la posibilidad de desguazar rápidamente los multimedios y poner en jaque a la prensa libre, sino también porque se pone a prueba su fortaleza política. Algo que es vital para la agenda legislativa que el kirchnerismo proyecta enviar al Congreso para asegurarse una gobernabilidad que no le haga perder el sueño al matrimonio presidencial. Sin embargo, empieza a conformarse otro escenario en la política argentina que Néstor Kirchner no tenía en sus cálculos y que si no es capaz de amortiguarlo no hay duda que marcará toda la agenda del gobierno de manera excluyente.

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1 comentarios:

Hola Martín.

He leído atentamente tu artículo y si bien coincido en general, tengo algunas discrepancias en lo que concierne a las predicciones, al final.

Dices:

"Uno de los riesgos para Néstor Kirchner es que las protestas empiecen a perturbar las maltrechas economías provinciales es que se quiebre el bloque de gobernadores, que no sin cuestionamientos, todavía siguen jurando fidelidad en público al kirchnerismo aunque en muchos casos hacen escuchar sus críticas todavía por lo bajo"

El riesgo que mencionas ya es una certeza. Conforme pase el tiempo y comience a quedar claro que el poder no pasará por los K luego del 2011, los gobernadores se irán desenganchando lenta y progresivamente. Esos corrillos que mencionas son ya el inicio de este proceso. Lo único que mantiene ciertas fidelidades es el chantage de la coparticipación.

Dices:
"No cabe duda que Kirchner se encamina a una bifurcación en su camino político donde la aprobación del proyecto de la ley de medios es fundamental, no sólo por la posibilidad de desguazar rápidamente los multimedios y poner en jaque a la prensa libre, sino también porque se pone a prueba su fortaleza política."

Más allá de mi dura oposición a la ley de Medios, no creo que logre maniatar a la presa conb suficiente fuerza como para ocultar la situación y evitar un cambio de mano en el 2011. Habrán voces que se alzarán. La ley les deja mucho espacio todavía.

Tampoco creo que esta ley ponga en juego la fortaleza política de los K. En Diciembre cambia todo. Más bien me parece una gesta apurada antes de que se apague la mayoría legislativa. El apuro no revela poder sino desesperación.

Saludos.

Cristian.

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