16 de febrero de 2009

¿HACIA OTRA FRUSTRACION?

La mesa de enlace suspendió el paro de tres días que tenía previsto, cuando escuchó el discurso de la Presidenta exhortando a todos los argentinos a comprometerse en la adversidad de la tragedia de Tartagal. El gobierno entendió que debía hacer una devolución de atenciones y resolvió recibir a los ruralistas, probablemente, hacia fines de la semana que comienza.

El tema principal que quiere discutir el campo es la reducción o la eliminación lisa y llana de las retenciones. En cambio, desde el gobierno varios voceros ya señalaron que ese tema no va estar en la agenda. En el Calafate, el matrimonio presidencial delinea la agenda que le propondrá al campo. Hasta el momento se sabe que los temas que el gobierno estaría dispuesto a discutir serían flexibilizar algunas exportaciones, beneficios para la lechería (hay que tener en cuenta que el último acuerdo firmado para que los tamberos reciban $ 1 por litro no se cumple), beneficios para los productores afectados por la sequía (que ya fueron anunciados) y un clásico: las economías regionales.

Los Kirchner no quieren saber nada con discutir las retenciones, básicamente por dos razones. La recaudación y el nivel de actividad están mostrando las consecuencias de la crisis internacional, pero también están acusando recibo de los errores internos. En una palabra la billetera no está tan gorda como hace algunos meses. La época de vacas flacas y de los precios astronómicos de los commodities ya es historia. Sí, la caja empieza a resentirse y esa es la verdadera explicación para los aumentos de tarifas en el gas y en la electricidad, aunque ahora el gobierno pretenda disimularlos bajo un manto ideológico. El gobierno argumenta que los aumentos apuntan a una equitativa distribución de la riqueza para que los “ricos” de los barrios cerrados dejen de calefaccionar sus piletas, pero la verdad es que la plata no entra en las mismas cantidades que antes. Un verdadero incordio para el kirchnerismo en un año electoral. Tal vez, por esto en la intimidad del matrimonio gobernante se esté analizando hacer alguna concesión en materia de importaciones; no cabe duda que divisas frescas vendrían muy bien a fin de convencer a gobernadores e intendentes sobre la conveniencia de seguir dentro del redil.

La otra razón que tiene el gobierno para no poner en la mesa de discusión el tema de las retenciones es político / personal. Ya se sabe que el kirchnerismo tiene una visión anacrónica del campo, aún cree que en los latifundistas y que las épocas de los potentados ganaderos que tiraban manteca al techo en los lujosos palacios parisinos sigue en vigencia. Desde que comenzó el conflicto con el campo, Néstor y Cristina trataron de plantearlo como una lucha de clases que bien puede tener un correlato con la realidad en Bolivia o en otros países de América Latina, pero que en la Argentina es un fenómeno extinguido. En cuanto a la óptica política, la lógica del kirchnerismo que se basa en la rendición incondicional del enemigo, incluir las retenciones en una agenda de debate implicaría –desde su punto de vista- una derrota lisa y llana. En este aspecto, la crisis internacional, la baja de precios de los commodities y la suba de precios internos no son razones suficientes para mencionar las fatídicas retenciones. Por otra parte, la Presidenta y su marido no olvidarán jamás las calles de Buenos Aires llenas de gente, la derrota en el Congreso, la “traición” de Cobos, los cortes de ruta y la oposición tomando bríos gracias al conflicto.

Es difícil pensar que el próximo encuentro entre el gobierno y el campo vaya a resultar beneficioso para alguna de las partes, a menos que por estas horas el kirchnerismo sea capaz de diseñar medidas que compensen el nivel de retenciones. Ahora bien, desde que estalló el conflicto ha intentado desactivarlo tratando de convencer a los productores ofreciéndoles distintos e intrincados programas de subsidios, que una y otra vez han sido rechazados porque el gobierno, además de un equivocado diagnóstico, tiene serios problemas de gestión. A esta altura sería ocioso dar ejemplos, pero se puede mencionar al pasar al obras subejecutadas en Tartagal, el subsidio a los productores de leche o el plan para comprar autos cero kilómetro. Así, es probable que el encuentro entre el campo y el gobierno termine con una frustración más, con las bases ruralistas presionando cada vez más a sus dirigentes y con el problema sin resolver porque el gobierno se niega a discutir el problema.

Related Posts with Thumbnails

2 comentarios:

Hola Martin:

Dices:
"Así, es probable que el encuentro entre el campo y el gobierno termine con una frustración más, con las bases ruralistas presionando cada vez más a sus dirigentes y con el problema sin resolver porque el gobierno se niega a discutir el problema"

Es probable. Pero sigue siendo infinitamente superior un nuevo diálogo que el silencio.

Además, y esto ya es una cuestión de gusto, para amargarme prefiero más lo hechos ocurridos que las predicciones de hechos aún por ocurrir.

Saludos.

Que tal Martin
A diferencia de cristian yo no me quiero engañar, pero si por la tragedia de Tartagal la señora dijo QUE LE HERVIA LA SANGRE frase absurda viniendo de parte de ella, que no supo o no quiso con su consorte poner el dinero que realmente correspondia para evitar que esto sucediera nuevamente, te imaginas que ella no ve lo que REALMENTE PASA EN EL CAMPO Y QUE AL FINAL EL QUE SE PERJUDICA ES TODA LA ARGENTINA YA QUE AL TENER MENOS COSECHA ERGO MENOS RETENCIONES y que los productores se jodan si no les llueve, no es problema de los K y si no llegan a una acuerdo ya veran la forma de echarle la culpa a los productores.
!!! QUE LASTIMA- VAMOS EN CAMINO A VENEZUELA !!!!!!!!!

Compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More