DIAS DE FURIA

Tregua: Suspensión de armas, cesación de hostilidades, por determinado tiempo, entre los enemigos que tienen rota o pendiente la guerra. (Real Academia Española)

Las negociaciones entre el gobierno y el campo están empantanadas. A las caras sonrientes de la Presidenta y el jefe de gabinete, ayer entró en escena Guillermo Moreno en lo que parece una movida para “embarrar la cancha” como sostienen los ruralistas. No parece que el gobierno se esté tomando en serio la tregua con Moreno suelto y descontrolado. Claramente, su presencia conspira con cualquier entendimiento ya que el secretario de comercio sólo entiende el lenguaje del apriete. Por eso, cabe preguntarse si verdaderamente el gobierno quiere llegar a un acuerdo con el campo. Al beso con que Alberto Fernández saludó a los dirigentes del agro, ayer irrumpió el garrote del secretario de comercio. Las dos caras de un mismo gobierno, que como Dr. Jeckyll y Mr. Hyde comienza a tener síntomas de esquizofrenia.
Guillermo Moreno siempre respondió a Néstor Kirchner, con lo cual parece que el ex Presidente está boicoteando la resolución del conflicto más grave con el que está lidiando el gobierno que encabeza su mujer. Ahora, parece que el doble comando ya no se complementa sino que entró en rumbo de colisión. Es claro, el gobierno no suspendió las hostilidades.
Lo primero que pidieron los dirigentes del campo para dejar las rutas, fue un interlocutor con el peso político suficiente como para tomar decisiones. Cristina designó a Alberto Fernández, una elección que parecía acertada habida cuenta que es la columna vertebral de este gobierno. Sin embargo, la irrupción de Moreno lo desautoriza, le resta credibilidad y le estrecha el margen de maniobra. Estos tironeos no son más que pérdidas de tiempo, cuando es justamente lo que no sobra. Ya no hay margen para que este gobierno siga haciendo demostraciones de fuerza vacías que lo único que hacen es entorpecer cualquier posibilidad de diálogo constructivo.
El gobierno comenzó esta negociación insistiendo en que el nuevo sistema de retenciones móviles es…inamovible y ofreció un paquete de reintegros. Es decir, que más allá de los que se vaya a discutir de cara al largo plazo, la causa que motivó el conflicto quedó fuera de la agenda. Es decir, que el núcleo de toda la negociación pasa por la forma de implementación de los reintegros, que en definitiva no son más que subsidios pero llamados de otra manera; que no es otra cosa que la misma receta que aplica el kirchnerismo a cualquier sector de la economía en conflicto. No hay creatividad, lo único que parece importar es cómo seguir acumulando poder. Así, como hoy los gobernadores tienen que mendigar fondos para sus provincias, mañana los productores se asemejarán a ellos para poder recibir los fondos prometidos. En esta lógica, el gobierno siempre ser reserva la potestad de abrir y cerrar la canilla para disciplinar al oponente.
El gobierno está haciendo una lectura política equivocada del conflicto con el campo y sigue jugando al desgaste. En sus ansias por seguir haciendo demostraciones de fuerza de cualquier tipo, están poniendo en riesgo el respaldo que todavía tiene la dirigencia del campo que cada vez está más presionada por sus bases. No comprende que si las cúpulas de las entidades del campo son rebasadas por los “chacareros de a pie” llegar a una solución va a ser más difícil. Sin lugar a dudas esta es la dirigencia más amigable con la que el gobierno debe entenderse, porque detrás de Eduardo Buzzi está Alfredo De Angeli; quien ya amenazó con volver a cortar las rutas. Cada día que pasa crece la desconfianza y las palabras de Cristina Fernández de Kirchner van quedando sepultadas debajo de los arranques descontrolados de Guillermo Moreno. Ya está probado que sus métodos dejaron de dar resultados hace rato, porque los precios inexorablemente siguen aumentando. Hoy Moreno perjudica al gobierno, lo debilita y es funcional a los sectores más radicalizados del campo. Se está convirtiendo en la excusa perfecta para que vuelvan los cortes, que esta vez serán más largos y con efectos mucho más graves que la vez anterior.
Por otra parte, el ministro de economía que al parecer sigue siendo Martín Lousteau salió completamente de escena. En los últimos días lo único que se supo del funcionario es que sigue apoyando el sistema de retenciones móviles, pero no se sabe cuál es su verdadero enfoque del conflicto. Lousteau ha quedado desdibujado y maltrecho. Alberto Fernández es boicoteado por los halcones del kirchnerismo y a Moreno se salió la cadena. Aun tratando de ser optimista, ¿es posible pensar que el conflicto se va a resolver antes del 2 de mayo?
Es necesario que el gobierno encarrile la discusión, que la Presidenta alinee de una vez por todas a su tropa y a la de su marido porque el tiempo corre y el capital político se agota.

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