La polémica en torno a la nacionalización de empresas con capitales argentinos en Venezuela, promete convertirse en otro espectáculo bizarro. El gobierno de Hugo Chávez emitió un comunicado en el que se afirma que la charla entre el bolivariano con su par de Brasil, en el que el primero le había comentado que su país se encuentra en un proceso de nacionalización de empresas pero que no serían afectadas las de capital brasileño, se trató de una broma entre ambos en el marco de un diálogo íntimo.
El comunicado de la Cancillería venezolana comienza diciendo: “En días recientes, algunos medios de comunicación argentinos han desatado una feroz campaña de difamación contra la República Bolivariana de Venezuela, con la intención de hacer creer al pueblo argentino que las empresas y, en general, los intereses argentinos, estarían amenazados en nuestro país”. Sin lugar a dudas son expresiones poco diplomáticas, algo grave teniendo en cuenta que fueron emitidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores. De todos modos, la crítica que se le hace a los medios de comunicación argentinos parece salida de alguna pluma kirchnerista a la que nos tiene acostumbrados. Lo que no se puede negar es que esas expresiones guardan coherencia con las decisiones que está tomando el gobierno venezolano de acallar a los medios que no están alineados con el gobierno. En este sentido el caso de Globovisión es el que ha cobrado mayor notoriedad en las últimas semanas. Chávez fustiga al canal prácticamente de la misma manera que Kirchner lo hace con el grupo Clarín.
El gobierno venezolano olvida que no fueron los medios argentinos quienes pusieron la voz de alerta frente a la nacionalización de empresas vinculadas con el grupo Techint, fueron los empresarios argentinos de la Unión Industrial Argentina y las asociaciones que nuclean a los bancos. Están preocupados porque temen que el gobierno argentino siga los pasos del chavismo y quieren una especie de declaración de certeza, tal vez una iniciativa algo ingenua porque a esta altura ya debería saberse que la política argentina no es previsible. No hay que olvidarse aquella ley que declaraba la intangibilidad de los depósitos, hasta que Domingo Cavallo decidió aplicar el corralito. Además, es paradójico la preocupación de la UIA y de los banqueros que hasta diez minutos eran aliados del gobierno y durante años sus críticas sólo se escuchaban en reuniones reservadas. Por caso, hasta no hace mucho la central fabril defendía los índices de inflación dibujados por Guillermo Moreno. Es obvio que esa alianza se rompió.
El editor de la revista venezolana Tal Cual, Teodoro Petcoff dijo que “la broma” que le hizo Hugo Chávez a Lula no parece tal si se escucha el audio de la conversación entre ambos. Aparentemente, no sabían que sus palabras se estaban amplificando por un inoportuno micrófono, de acuerdo con la versión del periodista.
El gobierno argentino, como no podía ser de otra manera, aceptó las explicaciones de Chávez y la Presidenta se encargó de criticar a Techint por su decisión de depositar parte de la indemnización pagada por Venezuela por la nacionalización de Sidor en Alemania. Cristina Kirchner debería hacer el planteo al revés, y preguntarse por qué el grupo empresario tomó esa decisión. Está visto que la confianza en un gobierno no puede imponerse por decreto o a fuerza de bravatas desde el atril presidencial.
La Argentina cambió las relaciones carnales con los Estados Unidos, símbolo de la era menemista, por las que mantiene con el chavismo pero del mismo tenor que las anteriores. En este sentido, el de mantener relaciones carnales, tanto Menem como Kirchner han cometido el mismo error: se parecen más a un subordinación sin discusión a que a dos socios en igualdad de condiciones. La convivencia con Chávez ha traído a no pocas polémicas, la valija con U$S 800.000 de Antonini Wilson, las compras de bonos argentinos a una tasa de interés usuraria, el fuel oil a un precio exorbitante y la lista puede seguir y seguir. En algún momento la Argentina deberá evaluar criteriosamente hasta dónde al país le conviene seguir con estas relaciones carnales, que a veces parecen más de subordinación que entre iguales.
4 comentarios:
Va a ser muy difícil la relación con este peligroso sujeto en adelante.
Qué manera grotesca de poner evidencia a toda su política fraudulenta, no?
Me imagino lo difícil que le resultará a la presidenta reunirse con este truhán...?
Demostró que es un insolvente moral
Lo dijo delante de mas de 50 periodistas, y lo niega igual !!!
Cuando Randazzo dice que el gobierna da por terminado el entredicho, aceptando las explicaciones del payaso, parece un personaje de "Gran cuñado" !!!
Bahhh...el gobierno es menos serio que Gran Cuñado !!!
Se va poner brava la cosa con Venezuela, de ahora en adelante.
Da las alrededor de 160empresas nacionalizadas por el dictador, ninguna es de capitales brasileños.
Dando por cierto lo que declaró como "broma".
Un turro de tiempo completo!!!
de carne somos... y la relación entablada no tiene retorno. porque debe haber un sinnúmero de intereses en juego, y porque el gobierno argentino está obligado a "carnalizar" para que determinadas circunstancias ocurridas no vean la luz jamás. ciertamente, el peor aliado, porque los únicos códigos que maneja son los del absolutismo y, con total impunidad, asume una postura confrontativa bajo el amparo de ciertos privilegios nacidos de la posesión de algún recurso natural estratégico. valijas, dólares, petróleo y un silencio que nos va a costar demasiado caro. saludos
¡Qué Barbaridad!
Nosotros, que hemos tenido el honor de entregar nuestras partes más íntimas al Gran País del Norte, venimos a zucumbir ahora ante la zalamería melosa y mentirosa de este presidentito prepotente del tercer mundo.
¡Qué bajón! Ya no tenemos dignidad ni para elegir con quién nos bajamos los pantalones.
En este juego de tira y afloja entre las izquierdas y las derechas de la historia argentina, el promedio es que siempre nos la terminan dando por el centro.
Y lo peor de todo es que, dada la practica frecuente, cada vez nos duele menos.
Saludos
Alguna vez algunos creímos que Chavez podía ser "de verdad", pero el tiempo ha demostrado sobradamente que solo fue una ilusión.
Obviamente, para opinar con todos los elementos en la mano, habría que vivir en Venezuela. Pero las características facistoides, demagógicas y populistas -en el peor sentido de la palabra- del presidente "bolivariano" se observan desde lejos. Dicho esto sin olvidar su pasado de militar golpista.
En el siglo XXI, ninguna ideología, por mas válida que sea en teoría, puede justificar el modo absolutista de gobernar que tiene el señor Chávez.
Mientras escribía las palabras anteriores, no podía dejar de pensar en lo bien que le calzan a nuestra curiosa pareja gobernante.
Está claro que dios los cria y el viento los amontona, porque en ese "menage a trois" son tal para cuál.
Parece que a Venezuela le costará mucho librarse de esa plaga.
El 28 de Junio veremos cuánto le costará a la Argentina.
Disculpen mi falta de humor.
Saludos.
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