CONTRASTES BRUTALES

Empieza una nueva semana, la primera de junio, aproximándonos a la mitad del 2008 que parece venir mal barajado. ¿Será porque es año biciesto?

Uno siente que la Argentina se deteriora, que una vez más perdemos el tren y que los que nos dirigen no están a la altura de la circunstancias. La Presidenta está en Roma para participar en la conferencia de la FAO, donde se discutirá la crisis alimentaria y el hambre en el mundo. Hoy, junto con su par brasileño, criticó las políticas proteccionistas. Por su parte, el canciller Jorge Taiana dijo: "El principal problema estructural son las distorsiones que en el mercado de alimentos ponen los enormes subsidios y trabas que tienen los países desarrollados para su producción; este efecto distorsivo que desde hace años que esta actuando y hoy por una serie de aspectos coyunturales produce lo que está produciendo". Toda una paradoja, el gobierno argentino criticando al resto de los gobiernos por su política agropecuaria, y es dudoso que pueda responder si alguien les preguntara a los funcionarios que integran la delegación –incluida la Señora K- por qué el conflicto con los productores ya lleva casi tres meses.

La presidenta camina por las calles de Roma luciendo unos grandes anteojos negros, más propios de una estrella de cine que de una mandataria. Las fotos muestran una funcionaria despegada de la realidad, discutiendo el hambre en el mundo mientras no se discute cómo producir más alimento en la Argentina. Es un contraste feroz e inapelable. Pero los Kirchner han construido una Argentina de contrastes brutales, una especie de realismo mágico que se empecina por ignorar todo lo que esté fuera de sus límites.

Mientras el gobierno sigue empecinado en falsear las cifras de la inflación, las principales cadenas comercializadoras de electrodomésticos decidieron quitar de su oferta el pago en doce cuotas sin interés con tarjeta de crédito. Esto es lo mismo que decir que la inflación no es del 8 ó 9 por ciento como sostiene el gobierno. Las tasas para compra en un año oscilan entre el 10 y el 20 por ciento, más cercanas a las proyecciones privadas. Así, Guillermo Moreno podrá seguir dibujando los índices como mejor le parezca a su jefe Néstor Kirchner, y aunque se empecinen en explicar lo inexplicable ya no se puede comprar en doce cuotas. Una decisión que impactará fuertemente sobre el consumo.

Es difícil conseguir nafta y gas oil, no ya en el interior como ocurría el año pasado sino en todo el país. Ya se ha convertido en una foto cotidiana ver las mangueras cruzadas sobre los surtidores o largas colas de vehículos esperando para llenar sus tanques. El gobierno no dice nada. El vaticinio de Moreno que iba a “llover gas oil” no se cumplió.

El campo sigue irritado, ya no solo por la falta de respuestas del gobierno, sino por las detenciones de ocho ruralistas producidas el viernes pasado, entre los que se encontraba Raúl Víctores, el presidente de la Sociedad Rural de San Pedro. Por eso, hoy Eduardo Buzzi en Armstrong dijo que “quede claro que cuando nos tocan a uno, nos tocan a todos”. La Prefectura se encargó de repartir golpes a los manifestantes, en especial a un señor de 64 años que había estado internado y que fue tratado como un verdadero enemigo público por estar manifestando al costado de la ruta. A ello debe agregarse la imputación hecha por un fiscal a la dirigente de la Coalición Cívica Margarita Stolbizer y a maría del Carmen Alarcón, funcionaria del gobierno de Hermes Binner. Las hicieron tocar el “pianito”, la policía merodea sus barrios preguntando a sus vecinos referencias sobre ellas como si fueran delincuentes y en las próximas semanas deberán ir a declarar. Es una mala señal institucional que dos dirigentes políticas, en plena democracia sean imputadas por desarrollar su actividad política. Es difícil en este contexto, es difícil no sospechar que la larga mano del kirchnerismo haya estado detrás de este episodio. Parece que alguno fiscales aplican el Código Penal sólo cuando las protestas son contra el gobierno, y prefieren hacer la vista gorda cuando las manifestaciones están avaladas por el poder oficial. Sin lugar a dudas, una muy peculiar visión jurídica.

El campo sigue dispuesto a resistir en un conflicto en el que no se avizora la solución, pero que por la tosudez del gobierno sigue dividiendo al país. Néstor Kirchner continúa dispuesto a doblegar al adversario, sin que ello importe las consecuencias para el conjunto de los argentinos. Es más, en pos de su objetivo está dispuesto a dejar atrás a sus aliados en las últimas elecciones como el radicalismo K, un componente vital en la tan mentada Concertación. El justicialismo también muestra grietas aunque por el momento apenas sean visibles. Muchos dirigentes importantes como Carlos Reuntemann o Felipe Solá ya dejaron de temer ser condenados al ostracismo y hoy están dispuestos a criticar abiertamente al kirchnerismo.

La Argentina sigue parada, expectante en un mes que comienza que parece será bastante complicado.

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